
Juan Vte. Santacreu -21/1/2018- De vez en cuando hacemos una escapada a La Alpujarra rural para desconectar de la vida cotidiana de la cuidad, recargar las pilas y oxigenar el espíritu que tan importante es mantenerlo en perfecto estado al igual que el cuerpo.
Pasar un fin de semana en La Alpujarra se hace corto, muy corto, pero a pesar de ello creo que es necesario hacer un alto en el camino para distanciarnos de los problemas cotidianos e imprimir un nuevo punto de vista a nuestros proyectos personales y familiares. Es más, si yo fuera Presidente del Gobierno impondría cada trimestre cuatro días de fiesta consecutivos “recuperables” para que todos los trabajadores disfrutaran de las ventajas de un alto en el camino.